Jordania, un cautivador país en el Medio Oriente, ofrece una combinación de historia antigua, paisajes impresionantes y cálida hospitalidad. El mejor momento para visitar Jordania es durante la primavera (marzo a mayo) y el otoño (septiembre a noviembre), cuando el clima es agradable para la exploración al aire libre. La primavera en Jordania trae flores silvestres en flor y exuberante vegetación, creando un impresionante telón de fondo para visitar sitios emblemáticos como Petra, una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo. Explora el estrecho cañón del Siq, maravíllate con el Tesoro y descubre la antigua ciudad nabatea tallada en los acantilados de piedra arenisca rosada. En otoño, las temperaturas se vuelven más suaves, lo que lo hace ideal para explorar los paisajes desérticos de Wadi Rum o flotar sin esfuerzo en las aguas ricas en minerales del Mar Muerto. Los meses de invierno (diciembre a febrero) pueden ser frescos, especialmente por las noches, pero es un buen momento para visitar si quieres evitar multitudes y experimentar los sitios históricos de Jordania sin el calor del verano. Si te interesa realizar actividades al aire libre, como senderismo y trekking, considera visitar la Reserva de la Biosfera de Dana o explorar los senderos de la Reserva Forestal de Ajloun durante los meses más frescos. La ciudad costera de Aqaba es un destino popular para los entusiastas del buceo y el snorkel, con sus aguas turquesas claras y arrecifes de coral vibrantes. Es importante tener en cuenta que los veranos en Jordania pueden ser extremadamente calurosos, especialmente en las regiones desérticas. Sin embargo, si puedes soportar el calor, tendrás la oportunidad de presenciar eventos culturales únicos, como las animadas celebraciones del Ramadán y las tradicionales actuaciones folclóricas del Festival de Jerash. Abraza la rica historia, las maravillas naturales y la cálida hospitalidad de Jordania y emprende un viaje que te dejará maravillado con este notable país.