El mejor momento para viajar a Bután, un país sin salida al mar ubicado en el Himalaya Oriental, es durante la primavera (de marzo a mayo) y el otoño (de septiembre a noviembre). Estos períodos ofrecen temperaturas suaves, cielos despejados y condiciones óptimas para explorar el patrimonio cultural y los impresionantes paisajes del país. Bután es conocido por sus antiguos monasterios, su cultura tradicional y sus impresionantes montañas. Durante la primavera, podrás presenciar la colorida floración de los rododendros y disfrutar de festivales como el Paro Tshechu. En otoño, podrás disfrutar de las vistas claras de las montañas y presenciar el famoso Thimphu Tshechu. Las temperaturas medias varían según la altitud, pero en general oscilan entre los 10 y 25 °C durante el día, lo que resulta cómodo para actividades al aire libre y turismo. Es importante tener en cuenta que el invierno (de diciembre a febrero) trae temperaturas más frías, especialmente en áreas de mayor altitud, y algunos pasos de montaña pueden estar cerrados debido a las nevadas. La temporada de monzones (de junio a agosto) trae fuertes lluvias, lo que puede limitar las oportunidades de senderismo y el acceso a las carreteras. Planificar tu visita durante la primavera u otoño asegura condiciones climáticas agradables, celebraciones culturales y una mayor oportunidad de explorar los encantos únicos de Bután. En general, visitar Bután durante estas estaciones ofrece un viaje mágico a través de un país con impresionantes paisajes y tradiciones espirituales.